El pibe
de Hipólito Yrigoyen que llegó a la selección argentina especial de Fútbol 7
jugando varios torneos internacionales, se ganó un artículo en el sitio deportivo Alentandooo.com.ar
que pertenece al diario El Tribuno. LA HISTORIA.
La historia de Carlos “Carambita” Carrizo es
más que un ejemplo de superación y hasta su familia atribuye que un milagro
hizo que hoy este joven de 17 años cuente con un presente inspirador: es
goleador del seleccionado argentino de fútbol PC 7 y realiza una vida normal,
pese a sufrir una parálisis cerebral de nacimiento.
La encargada de contar la historia de este
salteño oriundo de Hipólito Yrigoyen es su madre, Rosa Dorado, quien antes de
dar a luz a “Carambita”, tuvo a Gastón, junto a su esposo Juan Carlos. El mayor
de los varones también posee el mismo trastorno, y fue quien, sin saberlo,
impulsó a sus padres a buscarle un hermanito.
“Gastón estaba postrado todo el día en cama,
prácticamente no se movía y un día llegó una familia y dejó a su niño en la
cama junto a él. Vimos que empezó a mover su manito, como imitando al bebé. Con
Juan Carlos sentimos la necesidad de volver a ser padres, especialmente para
estimularlo”, cuenta vía telefónica a El Tribuno.
Carlitos nació tiempo después y también tiene
parálisis cerebral, aunque nació menos afectado que su hermano.
“A los 8 años le detectaron un tumor en el
cerebro y le habían prohibido estudiar, ver televisión y jugar a la
play-station. Tenía que ser operado en 20 días porque el tumor era evolutivo”.
El primer milagro se produjo. “No lo operaron
porque se le encapsuló el tumor y el siguió yendo a la escuela. El pedía seguir
estudiando y yo tenia que decidir entre eso y la operación. Le daban una
pastilla y estaba prácticamente ausente de este mundo. Dije que si mi hijo
tenía que morir, que sea feliz, pero que sea un vegetal me parecía muy
doloroso. Afortunadamente Dios hizo el milagro”, asegura.
Rosa dice que Carlitos era consciente de lo
que pasaba y le pedía ir a la escuela. “A veces de noche no lo encontraba,
estaba abajo de la cama haciendo la tarea. Me marcó sus ganas de superarse,
ahora está en quinto y quiere estudiar periodismo, pero es tímido. Y como
pensamos, Gastón fue estimulado por esa energía y ganas que tiene su hermano.
Ellos intentan hacer algo y quizá erran cien veces, pero a veces logran sus
objetivos y cuando no pueden, saben que lo intentaron”.
El fútbol, de casualidad
En marzo Carlitos fue campeón
Parapanamericano con la Selección argentina en San Pablo y fue el goleador,
pero llegó al fútbol casi por casualidad. “Debido a su problema, él tiene
paralizada la mitad del cuerpo, hice que vaya a fútbol y a karate para que esté
en constante movilidad, porque los tendones se le iban endureciendo. Jamás le
costó adaptarse y de hecho en ambas disciplinas comenzó a traer trofeos a la
casa”.
Desde sus inicios hasta el seleccionado
Carlos Carrizo recibió el apodo de
“Carambita” porque a su hermano mayor le dicen “Caramba”. Con ese sobrenombre
comenzó a jugar al fútbol en el norte. Primero, como todo chico, en la calle.
Después en “Monky”, la escuela de fútbol de Orlando “Huracán” Cardozo y de ahí
pasó a Independiente.
Su madre comenta que así como le gustaba ir a
la escuela “no faltaba nunca a los entrenamientos ni a los partidos. Todo lo
que hacía lo quería hacer perfecto. Siempre hasta que le salía y cuando yo
intentaba ponerle un freno, él me decía: ‘Siempre nos dijiste que nosotros
(junto a su hermano Gastón) somos iguales a los demás’”.
“Carlitos fue la gran inspiración de su
hermano, que aprendió a caminar con él”.
Esa fuerza vio su profesora María Coronel,
del colegio Fragata Libertad, quien lo llevó a los Juegos Evita de Mar del
Plata, donde en 2014 obtuvo la medalla de oro en atletismo y plata en
lanzamiento.
Al año siguiente lo volvió a llevar, pero en fútbol, y ahí comenzó a
escribir su historia en la Selección nacional de PC 7.
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